En abril, placas mil

Si por algo se han caracterizado los gobernantes de Monóvar es por querer apuntarnos a la fiesta de moda y no saber qué ponernos, o incluso hacernos entrar cuando prácticamente ya ha terminado. 

Seguramente, muchos/as os habréis enterado que a Monóvar le ha tocado la lotería, o al menos así nos lo han vendido. Sí, hablamos de las plantas solares. Sabemos que están llegando a Monóvar diversas empresas alquilando tierras agrícolas para poner plantas solares. 

Generalmente detrás de estos proyectos hay grandes fondos de inversión internacionales que ofrecen a los dueños de las tierras unos ingresos estables y predecibles para al menos dos décadas. Según se habla, ofrecen entre 1.500 y 2.000 euros por hectárea al año, lo cual supone mucho más de lo que se gana con los cultivos tradicionales. 

De hecho, desde ASAJA ya lo vienen advirtiendo desde hace tiempo, ya que es algo que está pasando por todo el sureste de España. Según comentan, los grupos inversores, con la excusa de que generan empleo y riqueza, aparecen para ocupar terrenos de cultivo creando una gran especulación con el alquiler y eso está encareciendo el precio de tierras. Tanto es así que algunos agricultores no han podido contratar tierras para cultivar porque se ha creado una especie de burbuja desde hace un año. Antes venían pagando entre 200 y 400 euros por esas tierras, ahora se ha triplicado el precio. Esto, sumado a que los precios de venta de la cosecha han caído, hacen imposible que puedan pagar lo que pagan las fotovoltaicas.

Estamos seguros de que algunos/as cuando oísteis hablar del tema de las placas solares os vino a la mente la época de las urbanizaciones, PAI’s, etc. De nuevo, una ocasión para hacer dinero rápidamente, aunque al final no cuajó y en nada quedaron todos esos grandes proyectos.

También nos vienen a la mente aquellas protestas que el actual partido del gobierno hizo frente a estos grandes macroproyectos. Por lo que en principio podríamos pensar que el grupo de gobierno podría tener dudas sobre estos campos solares, sin embargo, parece que lo tienen claro.

Y es que este nuevo “boom” es una oportunidad para las cuentas del ayuntamiento. Hay que tener en cuenta que estos proyectos multiplican los ingresos con el impuesto de instalaciones, construcciones y obras, canon urbanístico, etc. 

Todas/os sabemos “la turra” que nos ha dado el actual alcalde con el tema de la deuda y que tampoco se está reduciendo tanto como nos venden. Por ello, estos macroproyectos junto con los préstamos que se piden para refinanciar la deuda pueden hacer que se arreglen los números de cara a unas próximas elecciones y así, venderse de nuevo como los salvadores.

Con esta mezcla de intereses afrontamos este nuevo reto, con un punto clave y negativo, la decisión queda en mano del grupo de gobierno. Hace un tiempo decían que había que proteger la zona del Hondón de los “chalets” particulares porque alteraban el paisaje de las viñas de la DO de Alicante. 

Ahora con un giro de 180º grados y el signo del dólar en los ojos, hay que ver cómo encajar las placas entre las viñas… veremos en qué acaba todo esto.

Eso sí, echamos de menos tres cosas, la falta de planificación, la participación ciudadana en la decisión y sobre todo la transparencia que tanto dicen tener. Continuará…